Los problemas asociados con la producción de hortalizas a campo abierto, como las inclemencias del tiempo y el control de plagas, como los insectos chupadores y vectores de virus, así como la necesidad de una agricultura más eficiente y productiva han contribuido al rápido desarrollo de la agricultura protegida en México.
En los últimos años, la superficie agrícola bajo invernadero en México se ha incrementado considerablemente. En el período 1999 a 2004 se registró un crecimiento del 210%. En el año 2004 existían 2,545 hectáreas operando y 669 hectáreas en construcción. Actualmente, existen cerca de 30,000 hectáreas bajo agricultura protegida en todo el país. A nivel nacional los estados que concentran la mayor superficie bajo agricultura protegida son: Sinaloa 22%, Baja California (14%), Baja California Sur (12%), Jalisco (11%), Guanajuato (10%), Michoacan (9%) y Querétaro (8%).
A pesar de la poca información respecto de la producción en México bajo sistemas de producción protegidos, así como de los volumenes de exportación y precios obtenidos, los productores han realizado y continúan realizando grandes inversiones en diversas zonas del país. En México, a diferencia de Estados Unidos y Canadá, el sector continúa en su etapa de expansión, con proyectos que van desde el uso de baja tecnología hasta los de alta tecnología, razón por la cual es importante comprender qué está sucediendo en esta rama de la producción y cuáles son sus tendencias en el ámbito nacional e internacional.
Una de las principales ventajas de la producción bajo invernadero es la capacidad que ofrece de producir todo el año, especialmente durante la temporada de invierno, cuando sólo existe producción de hortalizas en Sinaloa, México (principalmente tomate) y en Florida, EUA.
Esta situación permite acceder al mercado cuando los precios en EUA y México son más elevados. El clima benigno del otoño e invierno en México, posibilita la producción de hortalizas en invernadero a costos más competitivos, utilizando estructuras simples, de tecnología baja y malla-sombra, sin incurrir en el uso de calefacción, equipos y estructuras especiales que conllevan mayores niveles de inversión.
En México, la producción bajo invernadero representa un porcentaje pequeño de la producción total aunque se encuentra ganando terreno. El caso más representativo es el del tomate, que es el más expandido en la producción bajo invernadero ya que representa más del 63% de la superficie total, cerca de 16,000 hectáreas, pero su participación en la producción total del país es del 12%. De esta superficie, el 60% de la producción se destina a los mercados de exportación y genera alrededor de 250,000 empleos directos e indirectos.
En México, los productores enfrentan algunas desventajas destacando el limitado acceso a fuentes de capital y los costos de energía más elevados, en especial en invernaderos de alta y media tecnología.
Por otro lado, la falta de planeación de la oferta ha propiciado que el precio se mantenga en algunos casos sin incrementos, o incluso se vea reducido. Se estima que, mientras la producción de hortalizas en invernadero se siga incrementando, sin planeación, los precios continuarán siendo una variable crítica a considerar.