Un suelo recién arado tiene un potencial ilimitado y para descubrirlo se requiere de alguien con una mente inquisitiva, que una la experiencia de generaciones anteriores con la tecnología más moderna para innovar la manera de acercarse a los cultivos, que dedique su vida a la tierra: alguien que se convierta en ingeniero agrónomo.
De los pequeños huertos a los grandes sembradíos, de la granja familiar al complejo agropecuario, un ingeniero agrónomo está listo para llevar sobre sus hombros la carga del liderazgo y la responsabilidad de estar al frente de una industria que transforma las horas bajo el sol en los frutos sobre la mesa.
Entender las necesidades del campo no es fácil; satisfacerlas, mucho menos. Sólo se vuelve posible cuando se cuenta con preparación, el equipo adecuado y un auténtico amor por el trabajo; por eso, hoy felicitamos a los ingenieros agrónomos que día con día ayudan a los productores a tomar las mejores decisiones en la misión de alimentar al mundo. Febrero, 2017